Isabel Flores de Oliva, conocida como Santa Rosa de Lima, es una santa peruana, hija de Gaspar Flores, arcabucero natural de San Germán, Puerto Rico. Así lo asegura la placa en la casa de los Flores, la cual aún se conserva. El 1 de mayo de 1577, se casó, en Lima, con la criolla limeña María de Oliva y Herrera, apellidos procedentes de Aragón. Existen dos versiones de la fecha de su nacimiento, el 20 o el 30 de abril de 1586. En los registros del Proceso Ordinario se encuentra que la madre y otras personas declaran que nació el día postrero del mes de abril 30 a las 4 de la tarde. Isabel o Rosa fue la cuarta hija de los Flores Oliva, fue bautizada, según partida, el 25 de mayo de 1586, en la Parroquia de San Sebastián.
A los 25 años quiso que la llamaran Rosa de Santa María porque, según lo relató su madre, fue a conversar con un sacerdote a la iglesia de Santo Domingo manifestándole la molestia que le causaba que la llamen "Rosa", pero el sacerdote la tranquilizó diciéndole: "¿Pues hija, no es vuestra alma como una rosa en que se recrea Jesucristo?". Con esto quedó tranquila y segura del nombre que le habían dado.
Rosa floreció como santa en Lima y fue canonizada en Roma como "Santa Rosa de Lima". Su infancia fue común y nada llamativa. A los doce años se mudó con su familia hacia Quives.
Al cabo de unos años ingresó en la Tercera orden de Santo Domingo a imitación de Catalina de Siena.
Sólo salía para visitar al Templo de Nuestra Señora del Rosario y atender las necesidades espirituales de los indígenas y los negros de la ciudad. También atendía a muchos enfermos que se acercaban a su casa buscando ayuda y atención, creando una especie de enfermería en su casa. Muchos biógrafos escriben que ayudaba a fray Martín de Porres.
En Argentina y Uruguay por el mes de agosto ocurre la "Tormenta de Santa Rosa". La tradición atribuye a Rosa el origen de este fenómeno natural que logró la huida de los enemigos de tierras peruanas.
Ya cerca del final de su vida, cayó gravemente enferma. Pasó los últimos tres meses de su vida en la casa de Gonzalo de la Maza, un contador notable del gobierno virreinal, cuya familia le tenía particular cariño. En este lugar se levanta el Monasterio de Santa Rosa de Santa María de Lima. Murió a los treinta y un años de edad en las primeras horas del 24 de agosto de 1617. El día de sus exequias y entierro, los devotos se abalanzaban sobre su cuerpo para arrancarle la vestimenta en busca de un recuerdo, aclamándola como santa. Hoy sus restos se veneran en la Basílica de Nuestra Señora del Rosario de Lima (Santo Domingo), con notable devoción del pueblo peruano y de América que visita la Capilla dedicada a su culto en el Crucero del Templo dominicano.
video realizado por el usuario de YouTube: "KleberHernan"
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